Son numerosas las ocasiones en las que me pregunto a lo largo del día, si sobreviviremos a esta crisis con la que no nos queda otro remedio que convivir a diario.
Existe actualmente tal incertidumbre, tal inseguridad jurídica y tantas dificultades a nivel burocrático y administrativo, que muchas veces comento con los compañeros de este despacho que a aquél emprendedor que decide crear una empresa, o a aquél valiente que se empeña en continuar con su actividad empresarial a pesar de todas las dificultades existentes, a todos ellos, Señores, deberían dedicarle una estatua conmemorativa en la Plaza de España.
Es por todo ello, por lo que considero que en estos momentos lo que nuestros clientes necesitan, lo que necesitamos todos, es contar con buenos profesionales a nuestro lado que sean coherentes y cuenten con amplia experiencia en su profesión, pero también que nos escuchen, que nos ayuden a resolver nuestros problemas como si fueran los suyos propios, pero no solo desde un punto de vista estrictamente profesional, a lo que me refiero, es a la necesidad de “empatizar” con los clientes.
La “empatía” se define como la capacidad de percibir en un contexto común lo que otro individuo puede sentir, por ejemplo ante el mal comportamiento de un empleado, ante la deslealtad de un socio o ante la ignorancia o respuesta negativa de la Administración, lo cual, por cierto, es muy diferente a simplemente “oír” o incluso “escuchar” un problema.
Junto a la permanente renovación en la formación recibida, amplitud de conocimientos y la adaptación constante a los numerosos y en ocasiones farragosos cambios legislativos, constituye una de nuestras prioridades, y quizá uno de los valores diferenciadores de este Despacho y Asesoría en Zaragoza, esa capacidad para empatizar con los problemas de nuestros clientes.
Tenga Vd. por seguro, por tanto, que además de experiencia, coherencia y sinceridad absoluta en nuestras recomendaciones y consejos, encontrará Vd. en este Despacho profesionales capaces de empatizar con sus problemas laborales, fiscales o jurídicos, profesionales que le brindarán el apoyo necesario y la confianza que Vd. necesita para afrontar los numerosos problemas que desgraciadamente (o afortunadamente a veces, por qué no), tienen lugar en el día a día de nuestras vidas personales y profesionales.
Es por ello, que mientras dure esta crisis, creo que no nos queda otra que soportar como mejor podamos sus efectos, pero si entretanto, uno se encuentra con profesionales que de verdad comprenden por lo que estamos pasando, nuestra angustia, nuestros miedos, nuestras inquietudes, y nuestra incertidumbre, y además nos ofrecen la solución más adecuada y particularizada a nuestro problema, la crisis, aunque pese, puede hacerse más llevadera.