Un negocio implica llevar a cabo la actividad principal a la que se dedique y por la que obtiene sus ingresos y llevar una gestión económica, tributaria y fiscal acorde a la legalidad vigente.
En este escenario, una de las figuras clave para cualquier negocio es la del asesor fiscal. Un buen desempeño en la gestión fiscal del negocio garantiza su seguridad jurídica y económica. En el artículo de hoy vamos a profundizar en cuáles son las tareas esenciales de un asesor fiscal.
Funciones del asesor fiscal
Un asesor fiscal puede prestar sus servicios a cualquier tipo de negocio ya sea una empresa, una entidad sin ánimo de lucro, un autónomo, una asociación, etc. Debemos pensar que existen muchos tipos de personas jurídicas y físicas que desarrollan actividades económicas y que todas ellas deben ajustarse al marco jurídico y legal. Por eso la figura del asesor debe ser muy versátil, para adaptarse a cualquier tipología de cliente y brindar una solución adaptada a sus necesidades.
El desempeño de las funciones de un asesor fiscal es clave para la seguridad económica y jurídica del negocio.
Entre las funciones que lleva a cabo un asesor fiscal, podemos destacar las más importantes:
- Estar al corriente y conocer todas las novedades legislativas relacionadas con el negocio
- Realizar un estudio y planificación fiscal.
- Brindar asesoramiento sobre los trámites a realizar para empresas de nueva creación.
- Elaborar las declaraciones censales e Impuesto de Actividades Económicas.
- Realizar la presentación y liquidación de impuestos acorde con los plazos para cada tipo de negocio, incluidos pagos a cuenta: IVA, IRPF, IS, etc.
- Realizar la declaración y presentación de declaraciones informativas.
- Ofrecer una asistencia y representación del autónomo o de la empresa ante los servicios de Inspección Tributaria cuando sea necesario.
- Realizar la gestión de requerimientos por parte de la Agencia Tributaria y comunicaciones con Hacienda, solicitud de aplazamientos, presentación de alegaciones, etc.
- Realizar una defensa fiscal del autónomo o empresario, revisiones fiscales, recursos por parte de Hacienda y cualquier tipo de reclamación ante la administración pública.
De todo lo anterior se puede deducir que la figura del asesor fiscal ofrece un valor añadido y tangible al negocio, por su alto grado de especialización, que asegura una gestión eficiente y acorde a la ley, y por su conocimiento de los cambios a nivel legislativo y tributario, que es necesario conocer para evitar sanciones de la agencia tributaria.
Por todo ello, nuestra recomendación es siempre contar con un asesor fiscal en cualquier negocio. No obstante, el nivel de servicios que puedes contratar con el asesor va a depender también de las necesidades de cada negocio. No es lo mismo ofrecer una asesoría fiscal a una empresa con 1000 trabajadores, que opera a nivel internacional y trabaja con exportaciones, que ofrecer una asesoría fiscal a un autónomo que tiene 2 trabajadores y opera únicamente a nivel local.